miércoles, 2 de febrero de 2022

LOS FÁRMACOS EN EL TDAH

 Seguimos con esta nueva entrada, ahondando en el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), esta vez tratando de esclarecer una parte del tratamiento más desconocido y que en muchos casos inquieta a las familias y los propios alumnos.

Como ya dijimos el TDAH es un trastorno del neurodesarrollo, lo cual quiere decir que hay una serie de áreas cerebrales implicadas y afectadas, se produce básicamente una disfunción neuronal, es decir, un fallo en la conexión entre neuronas en regiones específicas del cerebro.

Sin entrar en muchos tecnicismos, conocemos que en las personas afectadas de TDAH hay una menor concentración de Dopamina y Noradrenalina, que son neurotransmisores que se activan en la comunicación que se produce entre las neuronas. Esta menor concentración hace que determinadas funciones cerebrales (funciones ejecutivas), no tengan el rendimiento esperado por la edad del niño.

Por tanto, el tratamiento farmacológico actúa en el metabolismo de esos neurotransmisores, aumentando la concentración de los mismos.

Es importante que para iniciar el tratamiento con fármacos haya un consenso entre la familia y los especialistas, en este caso es crucial una buena labor de psicoeducación por parte del experto, ya que las familias llegan en la mayoría de los casos con miedo e inseguridad ante el tratamiento.

Decir que el tratamiento farmacológico es una parte más de la intervención, y no por ello es la única ni la más importante. Es fundamental aunar el tratamiento conductual y psicoeducativo tanto con el niño como con su entorno más próximo.

TRATAMIENTO FÁRMACOS + TRATAMIENTO PSICOEDUCATIVO Y CONDUCTUAL

Estos fármacos ¿Son una droga?

Evidentemente no, para ello vamos a diferenciar los siguientes conceptos:

  • Fármaco: es un principio activo, sabemos dónde actúa y tiene una serie de fines médicos.
  • Medicamento: pueden ser uno o varios principios activos.
  • Droga: son sustancias a veces desconocidas que hacen muy difícil prever su efecto en las personas que la toman.
Por tanto, los fármacos que forman parte del tratamiento, no son drogas, son sustancias las cuales se basan en una evidencia científica, sabemos su composición y procedencia, y se administran con fines médicos.

A la hora de administrar los fármacos, los especialistas tienen en cuenta aspectos tales como:
  • Edad del niño.
  • Si hay presentes problemas de sueño o alimentación.
  • Si hay presencia de un cuadro de ansiedad.
  • Si hay cierta comorbilidad con otros trastornos, por ejemplo un Trastorno del espectro autista.
De manera simple, podemos decir que hay dos grandes bloques de fármacos:

PSICOESTIMULANTES: Suelen ser los primeros en administrar, producen un efecto en la liberación de las catecolaminas (Noradrenalina/Dopamina).  Su principio activo es el metilfenidato o la lisdexanfetamina. Los que pertenecen al metilfenidato, mejoran la conexión entre neuronas, liberando Noradrenalina y Dopamina, mejorando la interconectividad en la corteza prefrontal o ganglios de la base (en los hiperactivos). Vamos a ver tres tipos de fármacos:
  • Rubifen: fármaco de liberación inmediata (se puede morder, partir), su efecto dura 3/4 horas.
  • Medikinet/Rubifen retard: Se libera en 8 horas, en cápsula.
  • Rubicrono/Concerta: comprimidos, se tragan, efecto de 12 horas.
Los fármacos que pertenecen a la lisdexanfetamina, el efecto que busca sobre todo es liberar, es un estimulante, es un profármaco (se metaboliza en el cuerpo y ahí se forma el principio activo). El fármaco que vamos a encontrar es:
  • Elvanse: dura 12 horas, es una cápsula que se puede abrir, se suele empezar con 30 mg. y poco a poco se sube la dosis.
Efectos adversos:
  • Efecto rebote: a dosis altas o en niños sensibles al fármaco, cuando termina el efecto la conducta del niño es bastante peor. En estas situaciones se opta por añadir otro medicamento que complemente y alargue la duración del efecto.
  • Pérdida de apetito en la comida: por eso es importante tomar como referencia el peso del menor. En estos casos se juega compensando las cantidades con otras comidas o modificando las horas de ingesta del fármaco.
  • Dificultades para dormir: sobre todo se da en los fármacos que tienen un efecto de 12 horas, se suele tratar con melatonina.
  • Dolores de cabeza: se suele dar en las primeras dos o tres semanas de tratamiento, también es frecuente el dolor de estómago.
  • Pueden estar los niños más irritables, ansiosos o llorones, por lo que se debe comprobar las dosis.
  • Taquicardia, por lo que es necesario la realización de un electrocardiograma.
  • Sensación de manos frías o sudoración de las manos.
Controversias en el tratamiento de psicoestimulantes:
  • Efectos cardiovasculares: si no hay un problema de base no se suele dar, no obstante valorar con el cardiólogo y coordinar el tratamiento con él.
  • Niños epilépticos: hay creencias de que el tratamiento puede aumentar el riesgo de padecer un ataque, debe haber una coordinación con el neuropediatra que lleva la epilepsia.
  • Tics: por ejemplo en niños con el síndrome de Tourette es mejor el tratamiento con fármacos no psicoestimulantes.
  • Crecimiento: no hay una interacción del fármaco con la talla, puede haber cierto retraso en el crecimiento.
NO ESTIMULANTES: se recetan en niños con ansiedad, presencia de Tics o TEA. Encontramos fundamentalmente los siguientes tipos:
  • Tomoxicina: bloquea el transportador de la Noradrenalina, aumentando su concentración. Está indicada para niños ansiosos e irritables. Una dosis al día y suele tardar un mes hasta alcanzar la dosis ideal y efectiva, no desaparece en sangre, por lo que es un fármaco más estable. Se suelen utilizar las vacaciones para empezar con el tratamiento.
  • Guanfacina: (Intuniv), útil para niños impulsivos y con problemas de conducta. Muchas veces no se puede utilizar solo, se suele combinar con Rubifen o Concerta. Se toma una vez al día, se va aumentando la dosis en sangre.
Efectos adversos:
  • Síncopes o pérdidas de conocimiento (con la guanfacina).
  • Somnolencia (con la tomoxicina), se va cambiando las horas de toma para ajustar.
Para finalizar vamos a analizar el TDAH con algunas comorbilidades:
  • TEA: cuidado con los psicoestimulantes (son más sensibles a dosis), se empieza con dosis más bajas y se comprueba la respuesta. Si responden mal utilizar la tomoxicina o el Intuniv si hay problemas de conducta.
  • Depresión: es fundamental coordinar con el psiquiatra, priorizar en función de los síntomas del niño.
  • Ansiedad: igualmente importante la coordinación con psiquiatría, en estos casos se suele optar por la tomoxicina.
Con este repaso damos por finalizada la entrada de hoy, es muy importante valorar todos los aspectos del tratamiento, cada uno de ellos van a ser fundamentales para el buen devenir del menor con TDAH, para ello creo que la coordinación entre todos los profesionales así como la colaboración de la familia va a ser fundamental. Por todo ello creo esencial conocer la intervención en todos sus elementos,

Nos seguimos acompañando.

Un abrazo.

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